Se sitúa en medio de una explanada muy cerca de la localidad de Carcastillo, de la que es importante monumento, a orillas del río Aragón al norte de las Bardenas Reales, de las cuales es congozante. El monasterio cisterciense de La Oliva, formado por un conjunto de edificios medievales los unos, y otros de ampliaciones y reformas llevadas a cabo y que se alargaron hasta el barroco, fue fundado en la primera mitad del siglo XII por el rey navarro García Ramírez llamado el Restaurador, y lo puso bajo la orden del cister con monjes de la abadía de Scala Dei. A partir de su fundación la historia del monasterio y del pueblo donde se ubica corrieron al unísono, pues en el año 1.163 el rey navarro Sancho VI el Sabio, hijo del monarca García Ramírez, dona al abad y a sus monjes el disfrute de Carcastillo con todos sus términos y posesiones, incluso la iglesia del pueblo que pertenecía hasta entonces a la Corona de Aragón pasa a manos del abad.
Los siglo XII y XIII fueron de gran esplendor para el monasterio gracias a la ayuda de la monarquía y del clero, pero el siglo XIV, con la epidemia de peste que asoló la zona y los diversos acontecimientos del reino, le ocasionó un varapalo que en el siglo siguiente superó. El monasterio de la Oliva recuperó su relevancia hasta el siglo XIX, pues la Guerra de la Independencia y las desamortizaciones fueron el inicio y la causa de la época difícil que el monasterio sufrió, con un progresivo deterioro y posterior ruina y abandono. En 1.927 se restauró la vida religiosa con la llegada de la comunidad cisterciense de Val de San José y empezó a reconstruirse los edificios.
El Monasterio de La Oliva tiene un algo especial que invita al visitante a la quietud y el intimismo. Llama la atención su magnitud y su sencillez. Para entrar en él hay que pasar bajo el arco apuntado a cuyos lados se ven restos de la antigua muralla del siglo XII, un gran portalón cobija a la portería y encima se alza el palacio abacial construido en el siglo XVI y reformado en el XVIII donde se puede admirar una bonita escalera barroca.
Al pasar el portalón sorprende el conjunto de edificaciones que se agrupan en torno al claustro y otros patios abiertos. La iglesia de Santa María, de los siglos XII y XIII, en la parte central del monasterio está considerada como una de las construcciones más perfectas de la escuela hispano-languedociana, luce una preciosa fachada en la que se aprecian elementos de épocas diversas y esta coronada por una bella torre de estilo renacentista. Unidas al lado norte de la iglesia se encuentran las estancias monacales del medievo que están distribuidas en torno al claustro reconstruido en el XI y XV pero original del siglo XII, donde también se encuentra la sala capitular, la antigua sacristía, el refectorio, la cocina... y una maravillosa escalera del XVI. En lo que hoy es la huerta del monasterio se halla la capilla de San Jesucristo que se usó como templo de culto, mientras se construía el templo de la abadía. El silencio y recogimiento que envuelve este monasterio solo se ve roto con la melodiosa sonoridad de los cantos litúrgicos, que en lengua vernácula, entonan los monjes que lo habitan.
Muchas veces se habla del poder y la magia que tienen los cantos rodados y el potencial de suerte y energía que transmiten. Pues cantos rodados forman parte del suelo del claustro del monasterio de La Oliva y se dice que trae suerte caminar sobre ellos.
El de La Oliva es uno de los tres monasterios que se conservan en el sur de Navarra. Si se visita el monasterio los días de equinoccio de primavera, 21 de marzo, y de otoño, 21 de septiembre, se puede disfrutar de un bello espectáculo luminoso, para ello solo hay que situarse en el centro de la nave del templo y los rayos de luz que entran por los ventanales harán el resto.
Según cuenta la leyenda el origen y el nombre del monasterio se deben a que un rey navarro, luchando contra los musulmanes resultó herido y fue a morir a los pies de un viejo olivo silvestre, lugar en el que después se construyó el Monasterio de La Oliva
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Hasta Carcastillo llega la NA-128 procedente por un lado de Caparroso en plena N-121 entre Pamplona y Tudela. Por el otro lado la NA-128 la une con Sádaba ya en tierras aragonesas. También llega hasta Carcastillo la NA-534 que la comunica con el norte de Navarra además de con Cáseda y Aibar. La localidad se comunica igualmente con Murillo del Fruto y Santacara a través de la NA-1240. Carcastillo también cuenta con servicio de autobús que lo comunican con Pamplona, Tafalla, Olite....
Es la carretera NA-128 poco después de salir de Carcastillo dirección Caparroso, poco antes de llegar según sea nuestra procedencia, donde encontraremos el Monasterio de la Oliva. Junto al monasterio dispondremos de un amplio aparcamiento donde poder estacionar nuestro vehículo y realizar la visita.
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